Si tuviera que nombrar algún grupo nacido a partir de los 90 que sea significativo del rock progresivo esos son, junto a Dream Theater, Porcupine Tree. Me apenó enormemente el no haber podido asistir a su última gira por España, cuando presentaba el espectacular "Deadwing", allá por 2005. Después de tres años volvían a pisar España, y hacían una primera escala en Madrid, así que no dejé escapar la oportunidad y allí que me planté más sólo que la una, ya que no me acompañó nadie a presenciar esta maravilla, peor para ellos que se lo perdieron.
Entré en La Riviera a eso de las ocho, ocho y cuarto, y cual fue mi sorpresa y a la vez mi decepción que los teloneros eran, nada más y nada menos, los Pure Reason Revolution. Mi cara era un poema, no sabía si alegrarme o cabrearme por no haber sabido esto. Aún así pude disfrutar de casi una media horilla, aunque he de decir que el sonido dejó mucho que desear, pero bueno la verdad no me esperaba a los PRR sobre el escenario.
El concierto de PT estaba previsto para las 21 horas, y justo a esa hora comenzó el concierto. Decir que el espectáculo se dividió en dos partes claramente: en la primera hora tocaron integramente su último álbum "Fear of a blank planet", en la segunda hora un batiburrillo de temas anteriores, con muchas sorpresas.
El sonido estuvo muy bien, y en cuanto a ellos pues qué decir, que se compenetraban a la máxima perfección, aunque entre ellos no se miraban mucho, cada uno iba a lo que sabía hacer. Me llevé una grata sorpresa con la voz de Steven Wilson, mucho mejor que en los discos, y quizás más modulable. Ni que decir de las guitarras de Wilson y Wesley, poseen algo hipnótico, agresivo, melancólico, auténtica genialidad. El resto también genial, quizás más tapados Barbieri (teclados), impresionante las atmósferas sonoras que es capaz de crear y Colin Edwin (bajo). Pero destaco sobre todo al gran batería Gavin Harrison, que maestría en las baquetas, cómo manporreaba aquello y lo hacía tan sutilmente que te dejaba con la boca abierta.
Pasando al concierto, la primera hora, como ya dije anteriormente fue la ejecución de su último álbum. A destacar las proyecciones que acompañaban a la música, muy acordes con la temática del disco. Nivel altísimo, pero me quedo sobre todo con "My ashes", que me puso los pelos de punta y el nudo en la garganta al ver las imágenes que me transportaron directamente a los Pink Floyd. También destacar la obra maestra del disco que también lo fue del concierto: "Anesthetize". Finalizado todo el disco, PT se retiraron y dieron descanso de unos 10 minutos.
La segunda parte comenzó con "Normal", una variante de "Sentimental". Durante esa hora desfilaron temas muy desconocidos para cierto sector del público. PT tiró de varios temas sólo publicados como ep's como "Stars Die", "What's happen now?" o sobre todo la maravillosa "Half Light". También recordó el pasado con "Dark Matter" de su álbum Signify. Pocos recuerdos del Deadwing, tan sólo "Open Car" (para mí el tema más flojo del álbum). In Absentia apareció en el último tramo del concierto. Sorpresón gordo que me llevé cuando sonaron los primeros riffs de guitarra del "Wedding Nails" con todo el público totalmente entregado. Luego sonó el mencionado "Half-Light" para terminar con el apoteósico "Blackest Eyes" para volver a salir para terminar de cerrar definitivamente con "Trains", con todo el público coreando la canción y yo, de nuevo, con los pelos de punta. Al parecer tenían dos temas en su setlist que al final no tocaron, una verdadera pena, al parecer por prohibición expresa de la sala.
De todas maneras, esas 2 horas de conciertazo merecieron la pena, a pesar de estar un poco resfriado y un poco febril. La calidad de PT fue el mejor remedio para combatirlo.
sábado, 11 de octubre de 2008
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